Will
tiene una novia, y eso es todo lo que dice sobre ella.
WIll es amante del surf, le gusta desde los 10 años cuando su tía Diana le regaló su primera tabla. Su película favorita es “Punto límite”, esa donde una banda de surfers asalta bancos con caretas de presidentes de los Estados Unidos… varias veces soñó con la escena en la que Patrick Swayze va en busca de una ola gigante, aún a costa de su vida, Will sueña que se mete al agua con él, pero apenas sus dedos tocan el mar, se despierta. Cuando Patrick murió Will lloró pero no se lo conto a nadie, ese día decidió que iba a recorrer el mundo buscando las mejores olas, que iba a aprovechar cada minuto de su existencia, cosas que se deciden ante la inminencia de la muerte, sea uno inglés, chino o del Congo Belga.
Así llegó a Huanchaco, un pueblo peruano a orillas del Pacífico, un lugar tranquilo y muy recomendado entre los surfers, estuvo 5 días y partió rumbo a otra playa, cuando se fue del hostel en el que se hospedaba, olvidó un pequeño shampoo en la ventanita de la ducha. Esa noche cuando me estaba por bañar descubrí el descuido de Will y no pude evitar el lado más flojo de mi argentinidad. Sintiendo que estaba recuperando las Islas Malvinas con una avivada, estiré mi mano derecha como el Diego en el ‘86 y arrebaté el trofeo.
WIll es amante del surf, le gusta desde los 10 años cuando su tía Diana le regaló su primera tabla. Su película favorita es “Punto límite”, esa donde una banda de surfers asalta bancos con caretas de presidentes de los Estados Unidos… varias veces soñó con la escena en la que Patrick Swayze va en busca de una ola gigante, aún a costa de su vida, Will sueña que se mete al agua con él, pero apenas sus dedos tocan el mar, se despierta. Cuando Patrick murió Will lloró pero no se lo conto a nadie, ese día decidió que iba a recorrer el mundo buscando las mejores olas, que iba a aprovechar cada minuto de su existencia, cosas que se deciden ante la inminencia de la muerte, sea uno inglés, chino o del Congo Belga.
Así llegó a Huanchaco, un pueblo peruano a orillas del Pacífico, un lugar tranquilo y muy recomendado entre los surfers, estuvo 5 días y partió rumbo a otra playa, cuando se fue del hostel en el que se hospedaba, olvidó un pequeño shampoo en la ventanita de la ducha. Esa noche cuando me estaba por bañar descubrí el descuido de Will y no pude evitar el lado más flojo de mi argentinidad. Sintiendo que estaba recuperando las Islas Malvinas con una avivada, estiré mi mano derecha como el Diego en el ‘86 y arrebaté el trofeo.
Estaba
vacío, casi gol.