lunes, 10 de octubre de 2011

Foto

Uno miraba la tele, el otro la compu. El aroma que venía de la cocina nos ubicaba cercanos a la cena, había comentarios esporádicos, triviales y profundos, como un zapping de emociones: a "esta casa es una heladera" le podía seguir "debe ser que todavía estás enamorado de ella".
Tácitamente se dividieron las tareas, uno puso la mesa, el otro sirvió.
Después de comer y hacer un rato la digestión, nos despedimos con un abrazo en la puerta y algún chiste de ocasión.
Otras noches y otros días, habíamos intercambiado secretos, habíamos viajado y creado historias nuevas. Se nos había roto la panza de tanta carcajada y humedecido los ojos por ciertos nudos en la garganta, nudos que nos ayudamos a desatar.
Esa noche tan huérfana de palabras fue sin embargo, hija de miles de ellas.
Esa noche en silencio, fue otra foto de nuestra profunda amistad.

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