jueves, 15 de septiembre de 2011

El fantasma de los botines rojos

Cuenta la leyenda que en barrio de Núñez desplegó su fútbol un muchacho de botines rojos, del que nunca nadie supo el nombre. Pero esa gambeta indescifrable, cierto andar espasmódico y la rareza de sus goles lo llevaron a la fama rápidamente.

Era el comentario en las canchitas de la zona, ¿lo viste al de botines rojos?, otros vociferaban “yo lo conozco al peludo, es medio facineroso”. Encontramos aquí una de sus características físicas destacables, era extremadamente peludo, su vello corporal era de una frondosidad asombrosa. Tanto es así, que una de sus monerías era esconder el balón en la maraña de su pecho y ante la confusión del rival, sacarla por debajo de la remera, ya cerca del arco, una jugada que casi siempre terminaba en gol.

También cuentan testigos (de dudosa credibilidad), que en una ocasión, jugando un partido nocturno, el muchacho de los botines rojos llevaba el balón por la banda derecha, apiló rivales y cuando tanto él como la pelota ya estaban casi por completo fuera de la cancha, efectuó un remate rasante que atravesó todo el arco. El elemento redondo se introdujo en el segundo palo, desafiando todas las leyes de la física, un gol antológico del que muchos hablan como “el gol imposible”.

En su carrera fantástica tampoco faltaron los escándalos, dicen que correteaba bailarinas de tango en el club Villa Malcolm y también que en un confuso episodio fue encontrado vestido de mujer en la rambla de Mar del Plata.

Nada de esto pudo ser comprobado.

Sin embargo, los hechos hacen que este mito siga bien alimentado. Basta con pararse a mirar un picado en alguna canchita de Núñez y esperar que algún pibe pierda la pelota. Muchas veces podremos escuchar: “te juro que me la pidió uno de botines rojos”

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