Me costó reconocerla,
volver a verla viva,
yo que la había matado en mi muerte
debía resucitarla.
Tenía un vestido horrible,
llevaba en la boca palabras obscenas,
estaba borracha y sucia,
la sonrisa desteñida,
estaba oscura, fría,
era niebla.
La volví a matar
pero en su muerte estaba viva,
y era hermosa.
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